Un poco de música

lunes, 23 de noviembre de 2009

Los chicos "de" la calle...

Hoy simplemente quiero compartirles un pedazo duro de nuestra realidad... lamentado por Mercedes Sosa y rapeado punzantemente por Calle 13... pueden escuchar el tema apretando play ahí arriba...

Canción para un niño en la calle...

A esta hora exactamente,
Hay un niño en la calle....
¡Hay un niño en la calle!
Es honra de los hombres proteger lo que crece,
Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
Evitar que naufrague su corazón de barco,
Su increíble aventura de pan y chocolate
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre.
De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo
Ensayar en la tierra la alegría y el canto,
Porque de nada vale si hay un niño en la calle.


Todo lo toxico de mi país a mi me entra por la nariz
Lavo autos, limpio zapatos, huelo pega y también huelo paco
Robo billeteras pero soy buena gente soy una sonrisa sin dientes

Lluvia sin techo, uña con tierra, soy lo que sobro de la guerra
Un estomago vacío, soy un golpe en la rodilla que se cura con el frío
El mejor guía turístico del arrab
al por tres pesos te paseo por la capital
No necesito visa pa volar por el redondel porque yo juego con aviones de papel
Arroz con piedra, fango con vino, y lo que me falta me lo imagino.

No debe andar el mundo con el amor descalzo
Enarbolando un diario como un ala en la mano
Trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
Golpeándonos el pecho con un ala cansada.
No debe andar la vida, recién nacida, a precio,

La niñez arriesgada a una estrecha ganancia
Porque entonces las manos son inútiles fardos
Y el corazón, apen
as, una mala palabra.


Cuando cae la noche duermo despierto, un ojo cerrado y el otro abierto
Por si los tigres me escupen un balazo mi vida es como un circo pero sin payaso
Voy caminando por la zanja haciendo malabares con 5 naranjas
Pidiendo plata a todos los que pueda en una bicicleta en una sola rueda

Soy oxigeno para este continente, soy lo que descuido el presidente
No te asustes si tengo mal aliento, si me ves sin camisa con las tetillas al viento
Yo soy un elemento mas del paisaje los residuos de la calle son mi camuflaje
Como algo que existe que parece de mentira, algo sin vida pero que respira.

Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
Que hay millones de niños que viven en la calle
Y multitud de niños que crecen en la calle.
Yo los veo apretando su corazón pequeño,
Mirándonos a todas con fábula en los ojos.
Un relámpago trunco les cruza la mirada,
Porque nadie protege esa vida que crece
Y el amor se ha perdido, como un niño en la calle.
Oye a esta hora exactamente hay un niño en la calle
Hay un niño en la calle.


Traspasados y transformados por el dolor... quizás han ido perdiendo el miedo... junto a otras cosas... pero no abandonan la sonrisa... ¡Qué misterio!...

sábado, 4 de julio de 2009

¡Qué tema esto de la fe...!


Después de tanto tiempo aparecemos de nuevo por acá, para seguir compartiendo... Veo que a pesar de la falta de renovación del blog cada día aparece alguien de visita... Así que seguramente vale la pena el pequeño esfuerzo de un poco de reflexión...
Ayer la Iglesia nos proponía la fiesta de santo Tomás, el mellizo, el apóstol... el que parece haber pasado a la historia como el incrédulo... por ese reproche que le hace Jesús: Ahora crees porque me has visto. ¡felices los que
creen sin haber visto! (Jn 20,29)... Desde hace tiempo que a mí me cuesta encontrarme con Tomás pensándolo como el "incrédulo", será porque a medida que pasa el tiempo me voy dando cuenta que es muy difícil encontrarse con gente que "no crea", porque parece ser que es tan difícil vivir sin creer, como vivir sin amor... Ya no me acuerdo cuando fue que vi un pedazo de una película sobre este personaje del que ahora les hablo, y me impactó tremendamente una escena donde Tomás, después de aquel encuentro con la comunidad donde le dijeron que habían visto al Señor, y después de haber caminado mucho buscándolo, se topa con María Magdalena -creo- y esta extraordinaria mujer al verlo destruido por la angustia y el esfuerzo, le dice: "ya basta, creé y quedate tranquilo"... y Tomás le responde: "No, quiero que si Él me encuentra, me encuentre buscándolo..." Desde esa vez empecé a mirar a Tomás como el hombre de la búsqueda... al fin y al cabo él no exige más de lo que los discípulos habían recibido sin pedirlo... Me da la impresión que Tomás quiere tener la experiencia de Job, que al final de aquel gran libro termina diciendo: Yo te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos. Por eso me retracto, y me arrepiento en el polvo y la ceniza... (Job 42,5-6)... eso no es falta de fe, y que me perdone Jesús, eso es el deseo que no se conforma con poco cuando puede esperar más... Hace unos cuantos años, como 700, el Señor le decía a Ángela de Foligno, hablando de las Escrituras: "Quienes lo leen poco entienden. Lo entienden mejor quienes me gustan"... de eso se trata, de gustar, de saborear, de experimentar...
Les dejo una oración que compuso hace tiempo un hermano
... para que juntos sigamos pidiendo la experiencia de la fe... los conceptos se van...
Señor Dios, cuando las cosas santas que debemos decir y hacer y las cosas sagradas que debemos tocar se vuelven ordinarias y se transforman en monótonas, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando tocar el borde del manto de Cristo no es suficiente, y anhelamos sentir el apretón de su mano traspasada y glorificada, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando no nos conformamos con las migajas que caen de tu mesa, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando temblamos por nuestro futuro desconocido, encomendado a tus manos, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando nos arrodillamos para orar, y pensamos que estás ausente, y la oscuridad nos rodea, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando nos preguntamos cuál es el sentido de todo esto, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando sentimos que ya no resistiremos más, y que sucumbiremos bajo el peso de todo esto, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando podemos ver que no hay otra salida, y sin embargo parece que damos vueltas y más vueltas alrededor, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando hablar a otros parece hacernos más felices que hablarte a vos, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando nos hallamos en la duda acerca de si estamos buscando nuestra propia gloria o la tuya en lo que hacemos y logramos, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando nuestro trabajo se hace pesado, y te borra de nuestra corta y estrecha visión, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando perdemos de vista los rasgos de Cristo en nuestro propio rostro y en los rostros de nuestros hermanos y hermanas, ayuda nuestra falta de fe.
Señor Dios, cuando pedimos un signo al mirar y no ver, al oír y no escuchar, cuando te pedimos que visites la pobre vivienda de nuestros corazones, ayuda nuestra falta de fe, fortalecenos, pero di solamente la Palabra y bastará para sanarnos.
Siempre presente y Santísimo Señor, en tu amable bondad nos diste tu Palabra que permanece para siempre; concedenos, te suplicamos, una fe firme que nos guíe por las oscuridades, las dificultades y las cruces de esta vida hacia la luz y la gloria de la bienaventurada eternidad.
Por Aquel que has enviado, nuestro Salvador Jesucristo y en el más Santo Espíritu. Amén

jueves, 12 de marzo de 2009

Compartiendo el camino

Carcova, 27 de febrero del 2009

“… y donde quiera que estén y se encuentren unos con otros,
los hermanos muéstrense mutuamente familiares entre sí …”
Rb cap. VI,7
“… adopten los hermanos la vida y condición de los pequeños de la sociedad,
morando siempre entre ellos como menores ”
CCGG cap. IV, art. 66

Queridos hermanos
Que el Señor nos de la paz
El sábado 21 de febrero, la presencia en Carcova cumplió dos años, como justamente ese día estábamos llegando del retiro y capítulo de inicio del año no pudimos celebrarlo con la zona el mismo sábado, así que invitamos a los hermanos de la zona para el viernes 27. Con corazón agradecido les queremos compartir lo vivido ayer en casa…
Después de celebrar la eucaristía, compartimos unas empanadas y un asadito hecho en el flamante horno que terminó de construir el Hno. Roberto en estos últimos días… La preparación de las empanadas fue una buena ocasión para que se hicieran partícipes de la fiesta unos cuantos de nuestros vecinos… Se esperaban más hermanos de lo que la casa podía contener, pero ensanchar espacios para que quepan todos es algo que la gente de por acá sabe hacer muy bien y nos lo van enseñando con la naturalidad de quien se prepara para recibir a un integrante más de su propia familia… Cuando alguien del interior quiere venir a ganarse el pan por estas latitudes, difícilmente se encuentre con que sus familiares le digan que no lo pueden recibir porque no tienen lugar, aunque su casa no tenga más 50 m2 –claro que hay casas con unos cuantos metros menos–…
En nuestro caso fue la familia de Juan y Alicia la que salió al paso de nuestra necesidad, son nuestros vecinos… que desde hace tiempo han sabido hacer lugar para nuevos integrantes, la hermana menor de Alicia que quedó huérfana y una sobrinita más o menos en la misma situación… Ellos nos ofrecieron su patio, su mesa, sillas y otras cositas más que fueron necesarias… Cuando los hermanos se fueron, y le agradecimos a Juan por tanta disponibilidad, nos respondió: “parece que se fueron contentos… lo importante es que la hayan pasado bien...”
Y la verdad que compartimos un muy buen momento… A parte de varios hermanos de la zona, estuvo Rolando, Francisco –uno de los nuevos postulantes– y Jorge Peixoto –el guardián de la fraternidad de los hermanos conventuales–…
Lo compartido en la Eucaristía nos ha hecho pensar en la necesidad de escuchar los deseos y las intuiciones de los hermanos sobre esta presencia; algo de esto posiblemente se pueda dar en el próximo Capítulo que celebraremos en Salta, o en lo que queda del trabajo previo…
Queríamos compartir esta alegría con ustedes, y agradecerles ya que sabemos que esta presencia se sostiene por y con el esfuerzo de todos. Un abrazo fraterno

Hnos. de María de Guadalupe en Carcova

jueves, 5 de febrero de 2009

Cuando nos visita la hermana muerte...

Después de mucho tiempo y desde la tranquilidad de mi casa... cuando todo empieza a silenciarse porque estamos llegando a las 22:30, retomo esto que fue como un compromiso suspendido por varias razones, fundamentalmente el tiempo y algunas experiencias un tanto fuertes que han requerido -y todavía requieren- buena parte de mi atención... El primero de enero a las 9:00 de la mañana papá volvió a la casa del Padre... después de esta pascua se sucedieron otras que nos fueron ayudando a mirar la "hermana" muerte con ojos distintos... como si mirándola de cerca y teniendo la gracia de ser testigos oculares del tránsito de seres tan queridos, fuese más fácil percibir cómo la "santidad" le quita la apariencia macabra y le devuelve ese rostro que pudo contemplar el Hermano Francisco y que le permitió llamarla "hermana"... Mucho recibimos y seguimos recibiendo de esos últimos momentos fundamentalmente de papá y de Josefina -una gran mujer de 74 años-...

Muchas veces en estos últimos años, cuando me tocaba acompañar el dolor de la despedida de seres queridos, optaba por una ceremonia sencilla, casi parca, donde la única palabra que encontraba lugar era la que se escribe con mayúsculas, la Palabra de Aquel que pronunciando crea... No me atrevía hacer ruido con ninguna palabra en nombre propio, porque siempre me pareció que el dolor era tan grande que, como los amigos de Job [Job 2,13], era mejor guardar silencio... después de estas últimas experiencias me resulta bastante difícil no "decir" que es posible vivir este "paso" de otra manera... sin querer faltar el respeto al dolor, minimizándolo o espiritualizándolo, veo la necesidad de compartir lo que hemos experimentado... es verdad que, como dice Juan, hemos recibido gracia sobre gracia... y que la última palabra la tiene la Vida... una vida que no se hace esperar postergándose para "el más allá"... una Vida que vive, sufre, muere y resucita con los nuestros y en nosotros... sé que papá sigue haciendo historia con nosotros, más vivo y cerca que nunca... Para algunos esto puede ser una ilusión, yo prefiero vivir creyéndolo, haciéndolo parte de mi vida... según aquel hombre que atravesó los campos de exterminio y masticó duro el tema del sentido, es un derecho que no se me puede arrebatar... Me parece inútil esperar hasta "la otra vida" para aprender una relación diferente con papá... quiero ir viviéndola desde ahora...
Ahí va una foto pa los que no conocieron a papi... y para los que lo conocieron también...