Hay gente que no tiene miedo a soñar... y lo que es más, se anima a ponerle alas y pies a esos sueños... No es la primera vez que escucho cantar a Yiyo... sin embargo esta vez ese Padre Nuestro Amerindio suena distinto... No es lo mismo hablar de todos esos pueblos que intentar agrandar el alma para poder abrazarlos con las manos y los pies, con los ojos y el corazón... debe ser distinto... Yiyo y Herman ya llevan unos cuantos días recorriendo la Patria Grande... muchos kilómetros... muchos rostros... muchas historias... mucha vida... Nos van compartiendo su experiencia y su camino de Evangelio en su esperanza peregrina (http://esperanzaperegrina.blogspot.com/)... ¡Qué bueno es dejar que el corazón viva desbocado! -como dice Teresa-... ¡Me imagino cómo estarán disfrutando todo esto! aunque no pueda imaginarme lo que puede llegar hacer tanta pasión junta... la imaginación no me dá para tanto... y los que tienen la gracia de conocer a Herman y Yiyo saben bien de qué hablo... Que Dios los bendiga gurises... Y los que no los conocen no dejen de visitar el blog de estos peregrinos... no se van arrepentir....
Un blog para seguir buscando... En este espacio vamos a ir poniendo un poco de todo... Todo lo que de algún modo nos vaya dando fuerzas para no claudicar en la búsqueda... ¡Qué bueno sería que cuando Él vuelva nos encuentre siemplemente... buscando...!
viernes, 5 de diciembre de 2008
sábado, 22 de noviembre de 2008
Todo acabará bien...
Dicen que hace unos 700 años, Jesús le dijo a Juliana de Norwich: El pecado es necesario, pero todo acabará bien... Esas palabras parecen haber golpeado tan fuerte a la mística que, después de meditar largo sobre el tema, parecía querer compartir el resultado de las idas y vueltas del corazón y la mente diciendo: Todo acabará bien, y todo acabará bien, y cualquier cosa, sea cual sea, acabará bien...
Posiblemente los que han entrado estos días en el blog se fueron con cierta desilusión porque desde hace poco menos de una semana esto no se ha renovado... Por una parte estuve lejos de la posibilidad de Internet, y por otra no he contado con demasiado tiempo como para compartir estos renglones que quieren seguir alimentando la búsqueda...
Creo que si nos agarramos fuerte de esta visión de la vida con que se encontró Juliana de Norwich, una visión transfigurada por la experiencia del Dios que ama la Vida y transforma lo más negativo en posibilidad de plenitud, entonces seguro que superaremos la barrera del cansancio y el desgano...
La canción de Eduardo Meana que pueden escuchar apretando play ahí arriba es como la clave de por qué al final todo acabará bien... acá va la letra:
Si quieres, te acompaño en el camino,
y en el camino vamos conversando.
Y al conversar, tus hombros se descargan;
descargas, pues tu peso voy llevando.
Pues pesa el peso de tu desencanto
y es tu resignación aún más pesada.
Pero te sostendré, pues ya sostuve
la cruz de toda cruz en mis espaldas.
Me duele que te alejes de los tuyos
y el creciente dolor de tu aislamiento;
pues toda mi pasión es ver reunidos
a los hijos de Dios que andan dispersos.
Yo sé que ya no crees en nuestro sueño.
Buscas seguridad retrocediendo.
Pero hasta en dirección equivocada
lo mío es ir contigo, compañero.
Si quieres, te acompaño en el camino.
Si quieres, hoy me quedaré contigo.
Escucha profecías, peregrino,
no seas testigo de desesperanza.
Es hora que levantes la cabeza
y, aunque anochece, alientes la confianza.
Pues es posible ver de otra manera
la trama que se te hizo tan confusa
¿No ves el hilo de oro de la Pascua
que rediseña todo lo que cruza?
¿No ves que desde dentro de las muertes
la Muerte fue implotada y ya no mata?
Y se revela el Nombre de la Vida.
Y el nudo que te ataba se desata.
Partir juntos el pan en nuestra mesa
descifra quienes somos y seremos.
La Pascua nos irrumpe, Amor de amores:
lo más vivo venciendo lo más muerto.
Por fin sabrás quién soy, sabrás quién eres,
mientras despiertas del antiguo sueño.
Y entenderás que es fiel a sus promesas
el Dios que prometió ser compañero.
Y de la historia mía y de la tuya
ya no te escaparás, ni tendrás miedo.
Verás la historia como historia abierta
y la esperanza arder su ardor sereno.
Y sentirás nostalgia de tu gente.
Y querrás compartir tu aliento nuevo.
Sin más demora, ponte ya en camino.
Sin más demora, ponte en medio de ellos.
Y brillará en tu fe de caminante
mi nombre y mi misterio de “Camino”,
y de mi fiel Estar-Acompañando
tu amor de acompañante será el signo.
y en el camino vamos conversando.
Y al conversar, tus hombros se descargan;
descargas, pues tu peso voy llevando.
Pues pesa el peso de tu desencanto
y es tu resignación aún más pesada.
Pero te sostendré, pues ya sostuve
la cruz de toda cruz en mis espaldas.
Me duele que te alejes de los tuyos
y el creciente dolor de tu aislamiento;
pues toda mi pasión es ver reunidos
a los hijos de Dios que andan dispersos.
Yo sé que ya no crees en nuestro sueño.
Buscas seguridad retrocediendo.
Pero hasta en dirección equivocada
lo mío es ir contigo, compañero.
Si quieres, te acompaño en el camino.
Si quieres, hoy me quedaré contigo.
Escucha profecías, peregrino,
no seas testigo de desesperanza.
Es hora que levantes la cabeza
y, aunque anochece, alientes la confianza.
Pues es posible ver de otra manera
la trama que se te hizo tan confusa
¿No ves el hilo de oro de la Pascua
que rediseña todo lo que cruza?
¿No ves que desde dentro de las muertes
la Muerte fue implotada y ya no mata?
Y se revela el Nombre de la Vida.
Y el nudo que te ataba se desata.
Partir juntos el pan en nuestra mesa
descifra quienes somos y seremos.
La Pascua nos irrumpe, Amor de amores:
lo más vivo venciendo lo más muerto.
Por fin sabrás quién soy, sabrás quién eres,
mientras despiertas del antiguo sueño.
Y entenderás que es fiel a sus promesas
el Dios que prometió ser compañero.
Y de la historia mía y de la tuya
ya no te escaparás, ni tendrás miedo.
Verás la historia como historia abierta
y la esperanza arder su ardor sereno.
Y sentirás nostalgia de tu gente.
Y querrás compartir tu aliento nuevo.
Sin más demora, ponte ya en camino.
Sin más demora, ponte en medio de ellos.
Y brillará en tu fe de caminante
mi nombre y mi misterio de “Camino”,
y de mi fiel Estar-Acompañando
tu amor de acompañante será el signo.
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Si quieres te acompaño en el camino...
lunes, 17 de noviembre de 2008
Isabel de Hungría... nació para vencer barreras...
Hoy la Iglesia, y especialmente la familia franciscana, celebra a santa Isabel de Hungría... otra mujer lejana en el tiempo, nació el 7 de Julio del 1207 y murió el 17 de Noviembre del 1231. Me ahorro datos biográficos que pueden encontrar en abundancia poniendo en cualquier buscador "Isabel de Hungría"... No conozco gran cosa de ella, pero hace un tiempo leí un artículo de Marco Bartoli donde lo que más me impactó fue el modo en que Isabel va venciendo las barreras sociales. En pocas palabras podríamos decir que el pobre tiene un rol fundamental en su proceso de cristificación. Comienza sensibilizándose con las necesidades de los pobres del reino de su marido, después encuentra el modo de meterlos en el palacio cuando era necesario. La necesidad y el dolor de los pobres la saca innumerables veces de la comodidad de su palacio, hasta que finalmente termina viviendo entre ellos... "inter illos", decía Francisco en su testamento hablando de la experiencia que venció buena parte de sus defensas, la experiencia de la misericordia con los leprosos: "y el Señor me condujo entre ellos..." ¿Qué tendrá este lugar que parece transformar al que se anima a irse despojando de esas armaduras, que casi sin darnos cuenta, se han hecho parte inseparable, inadvertida de nosotros? ¿qué tienen esos portadores de harapos y dolores que sin proponérselo meten a Dios en el corazón de los hombres?... ¡Ojalá que Isabel nos contagie un poco de su audacia, de su coraje, de su resolución...! Quizás así se libere algo de lo eterno que llevamos aprisionado dentro, y experimentemos los beneficios del país de la libertad -como diría Margarita Porrete-...
Ángela de Foligno en un momento álgido de su experiencia preguntaba casi exhausta: ¿quién hay que pueda retener algo para sí, si ama verdaderamente?... Creo que Isabel le respondería con una serena sonrisa: nadie absolutamente... seguramente por eso ambas murieron totalmente pobres...
jueves, 13 de noviembre de 2008
Un santo de carne y huesos...
Ayer José tomó coraje e hizo el primer aporte al blog planteándome una cuestión, gracias hermano, como posiblemente pueda resultar útil no sólo para José, decidí responderle aquí.
Creo que el libro que estás leyendo hermano, es El pobrecillo de Asís de Johannes Joergensen, se trata de una biografía que fue publicada en danés en 1907... Según lo que he podido leer este autor fue un buen historiador, pensador, poeta y periodista. Escribió varias vidas de santos, y tenía una especialísima simpatía por Francisco, justamente porque veía en él un profundo espíritu poético... No caben dudas se se trata de una buena biografía, pero todavía con características un tanto hagiográficas -diríamos hoy-, esto quiere decir que escribió la vida de un "santo", por más que haya intentado ser lo más "histórico" que pudo, no se preocupó demasiado en disimular "su" propia alma de poeta. Y la imagen que se puede recoger de una fuente bio-hagiográfica tiene mucho de rasgos exagerados que terminan siendo un tanto deshumanizadores... La vida de san Francisco de Raoul Manselli, escrita en 1981, tiene seguramente mayor valor histórico o historiográfico, que la de Joergensen. Pero recién en el 2002 Roberto Rusconi, otro historiador, escribe una pequeñísima biografía para un diccionario italiano donde distingue tres "nacimientos" para Francisco de Asís: 1181 nace Francisco de Pietro Bernardone, alrededor del 1205 nacería el "hermano" Francisco, y finalmente en el 1228 nace san Francisco -con la canonización-. De esta manera quería decir que es muy distinto hablar de cada uno de ellos respetando las propias características... Pasó algo así como que el hermano Francisco se tragó al Francisco de Pietro Bernardone, y san Francisco se tragó al hermano Francisco... Entonces la "imagen" o "las imágenes" que solemos tener de Francisco suelen ser más devocionales que reales... a fuerza de llenarlo de "virtudes admirables" perdemos la posibilidad de maravillarnos ante la semejanza entre Francisco y nosotros... Un problema que tiene casi 800 años...
Esta introducción me parecía importante como para enmarcar la respuesta a tu "cuestión"... jaja. Es muy probable que Francisco no se haya desmoralizado porque se le fue un hermano, para un megalómano insatisfecho -como lo calificó Dalarum hace unos años- la ida de un hermano cuando se acercaban cientos para entrar no es que le pueda haber generado tanto problema. Creo que la crisis fuerte de Francisco no haya que ubicarla en los primeros años, sino alrededor del 1220, después que llega de Oriente y se encuentra que "la gran masa de frailes" no entienden ni siguen "su" proyecto, entonces si la cosa fue dura. Este prolongado trago amargo-algo más de un par de años- creo que está muy bien dibujado por Eloi Leclerc en Sabiduría de un pobre. En este momento el "hombre" Francisco pelea con todo el deseo y las pocas fuerzas que le quedan una de sus últimas batallas, que como siempre, es contra él mismo, contra su instinto de "apropiación" a la obra que, si bien sabía perfectamente a quien pertenecía, todavía tenía que seguir reconociendo que en el proceso de encarnación de las ideas falta bastante más que "saber". Esos años de oscuridad, hoy diríamos sin temor "depresión", sacan lo mejor de Francisco: su decisión inclaudicable de vivir el Evangelio hasta el despojo más radical... Dios suele trabajar extraordinariamente con los medios más ordinarios... y más contradictorios... Estos hombres y mujeres que solemos llamar "santos", son muy parecidos a nosotros... quizás nos sacan ventaja cuando nosotros nos resistimos a dejarnos moldear por el Alfarero... quizás tengamos que aprender de ellos solamente el coraje de dejarnos hacer pedazos, aferrados al hilo finísimo de la esperanza que a pesar de todo Él nos va a sacar buenos... porque al fin y al cabo todos estamos hechos del mismo barro...
domingo, 9 de noviembre de 2008
Atención a la invitación... jaja
...He visto que son unos cuantos los que nos damos una vuelta por este blog... Agradezco a los que van dejando sus saludos y sugerencias en el Cbox -es ese cuadro que aparece en celeste y blanco a la derecha debajo de la lista de blogs-... Quería invitarlos/as a que vayamos participando todos... yo tiro la primera piedra, pero para que el blog tenga "vida" es bueno que ustedes vayan sumando sus comentarios, observaciones, sugerencias... Debajo de cada entrada hay un vínculo que dice "comentario", haciendo click ahi pueden dejar todo lo que quieran... Digamos que se convierta en un espacio de diálogo y comunión... la invitación está hecha... la respuesta les toca a ustedes... Un abrazo...
... Lo puse en verde pa no perder la esperanza... jaja
... Lo puse en verde pa no perder la esperanza... jaja
San Juan de Letrán...
Hoy, 9 de Noviembre, la Iglesia celebra la dedicación de esta Iglesia: San Juan de Letrán. Cierto que para muchos esto significa prácticamente nada... sin embargo para los que intentamos vivir el Evangelio con el corazón atento a la experiencia del Hermano Francisco, esta iglesia tiene algo especial... en el año 1209 Francisco viene a este lugar con un pequeño grupo de hermanos con la intención de presentarle al Papa Inocencio III su forma de vida para que este se la aprobase... ese momento está como inmortalizado en varias fuentes hagiográficas y en un monumento ubicado a unos metros de esta iglesia, donde Francico está de pie mirando hacia San Juan de Letrán y el resto de los hermanos en el suelo como exhaustos por el camino... Los invito a recordar aquel momento tan importante para la vida de la Fraternidad desde el relato que nos hace Juan de Perusa en una obrita que él quiso llamar "De inceptione..." (Sobre los inicios):
Viendo el bienaventurado Francisco que por la gracia del Salvador iban los hermanos aumentando en número y creciendo en méritos, les dijo: "Por lo visto, hermanos, el Señor quiere hacer de nosotros una gran agrupación. Vayamos, pues, a nuestra madre la Iglesia Romana a e informemos al sumo pontífice de cuanto Dios obra por medio de nosotros, par a que sigamos, con su aprobación y mandato, la ora que hemos emprendido». Como les gustó la proposición, tomó a los doce hermanos y partieron para Roma…
Llegados que fueron a Roma, se encontraron con el obispo de Asís, que a la sazón se hallaba en la Ciudad Eterna. Al verlos, los acogió con inmenso gozo.
El obispo era conocido de cierto cardenal llamado señor Juan de San Pablo; era varón probo y religioso y amaba mucho a los siervos de Dios. El obispo le puso al tanto del proyecto y forma de vida del bienaventurado Francisco y de sus hermanos. Oído su relato, el cardenal manifestó gran deseo de conocerlo personalmente a él y a algunos de sus hermanos. Al enterarse de que estaban en Roma, les mandó un mensajero y los invitó a su presencia. Los vio y los acogió con devoción y amor…
Acudió, pues, a la curia y expuso al señor papa Inocencio III: "He encontrado a un varón de gran perfección, que quiere vivir según la forma del santo Evangelio y practicar la perfección evangélica. Por mi parte, estoy convencido de que por su medio quiere el Señor renovar cabalmente su Iglesia en el mundo entero". Oyéndolo el papa, se admiró y le dijo: "Tráemelo".
Así, pues, al día siguiente, el cardenal lo llevó a la presencia del papa. El bienaventurado Francisco expuso claramente todo su propósito al sumo pontífice, tal como antes lo había hecho con el cardenal.
El señor papa le arguyó: Demasiado dura y áspera es vuestra vida, si, queriendo formar una agrupación, os proponéis no poseer nada en este mundo. ¿De dónde sacaréis cuanto necesitéis? El bienaventurado Francisco le respondió: "Señor, confío en mi Señor Jesucristo, pues quien se comprometió a darnos vida y gloria en el cielo, no nos privará, al debido tiempo, de lo que necesitan nuestros cuerpos en la tierra". Le replicó el papa: "Está muy bien lo que dices, hijo; pero la naturaleza humana es frágil y jamás persevera en un mismo ánimo. Vete y de todo corazón pide al Señor que se digne inspirarte miras más sensatas y más provechosas para vuestras almas. Cuando vuelvas, comunícamelas, y yo entonces te las aprobaré"…
[Después de la oración] Se puso de pie, y al instante fue a ver al señor apostólico y le comunicó cuanto Dios le había manifestado.
Al oírlo el señor papa, se quedó muy asombrado de que el Señor revelara su voluntad a hombre tan simple. Y reconoció que ese varón no se movía guiado por sabiduría humana, sino en la inspiración y poder del Espíritu.
Y el señor papa le concedió la Regla a él y a los hermanos presentes y futuros, y le dio licencia de predicar en todas partes según la gracia del Espíritu Santo que se le concediese. Otorgó también que pudieran predicar todos aquellos hermanos a quienes el bienaventurado Francisco les confiase el ministerio de la predicación.
Desde entonces, el bienaventurado Francisco empezó a predicar al pueblo por ciudades y castillos según se lo inspiraba el Espíritu del Señor. Y el Señor puso en sus labios palabras tan apropiadas, suaves y sabrosísimas, que era prácticamente imposible cansarse de oírlo. [Anónimo de Perusa 31-36]...
Llegados que fueron a Roma, se encontraron con el obispo de Asís, que a la sazón se hallaba en la Ciudad Eterna. Al verlos, los acogió con inmenso gozo.
El obispo era conocido de cierto cardenal llamado señor Juan de San Pablo; era varón probo y religioso y amaba mucho a los siervos de Dios. El obispo le puso al tanto del proyecto y forma de vida del bienaventurado Francisco y de sus hermanos. Oído su relato, el cardenal manifestó gran deseo de conocerlo personalmente a él y a algunos de sus hermanos. Al enterarse de que estaban en Roma, les mandó un mensajero y los invitó a su presencia. Los vio y los acogió con devoción y amor…
Acudió, pues, a la curia y expuso al señor papa Inocencio III: "He encontrado a un varón de gran perfección, que quiere vivir según la forma del santo Evangelio y practicar la perfección evangélica. Por mi parte, estoy convencido de que por su medio quiere el Señor renovar cabalmente su Iglesia en el mundo entero". Oyéndolo el papa, se admiró y le dijo: "Tráemelo".
Así, pues, al día siguiente, el cardenal lo llevó a la presencia del papa. El bienaventurado Francisco expuso claramente todo su propósito al sumo pontífice, tal como antes lo había hecho con el cardenal.
El señor papa le arguyó: Demasiado dura y áspera es vuestra vida, si, queriendo formar una agrupación, os proponéis no poseer nada en este mundo. ¿De dónde sacaréis cuanto necesitéis? El bienaventurado Francisco le respondió: "Señor, confío en mi Señor Jesucristo, pues quien se comprometió a darnos vida y gloria en el cielo, no nos privará, al debido tiempo, de lo que necesitan nuestros cuerpos en la tierra". Le replicó el papa: "Está muy bien lo que dices, hijo; pero la naturaleza humana es frágil y jamás persevera en un mismo ánimo. Vete y de todo corazón pide al Señor que se digne inspirarte miras más sensatas y más provechosas para vuestras almas. Cuando vuelvas, comunícamelas, y yo entonces te las aprobaré"…
[Después de la oración] Se puso de pie, y al instante fue a ver al señor apostólico y le comunicó cuanto Dios le había manifestado.
Al oírlo el señor papa, se quedó muy asombrado de que el Señor revelara su voluntad a hombre tan simple. Y reconoció que ese varón no se movía guiado por sabiduría humana, sino en la inspiración y poder del Espíritu.
Y el señor papa le concedió la Regla a él y a los hermanos presentes y futuros, y le dio licencia de predicar en todas partes según la gracia del Espíritu Santo que se le concediese. Otorgó también que pudieran predicar todos aquellos hermanos a quienes el bienaventurado Francisco les confiase el ministerio de la predicación.
Desde entonces, el bienaventurado Francisco empezó a predicar al pueblo por ciudades y castillos según se lo inspiraba el Espíritu del Señor. Y el Señor puso en sus labios palabras tan apropiadas, suaves y sabrosísimas, que era prácticamente imposible cansarse de oírlo. [Anónimo de Perusa 31-36]...
jueves, 6 de noviembre de 2008
El angel de la bicicleta..
Claudio Pocho Lepratti... Nació hace unos 39 años, el 27 de Febrero de 1969 en Entre Ríos, Concepción del Uruguay... y el próximo 19 de Diciembre se van a cumplir 7 años de la estupidez que le arrancó este pedazo de esperanza a un puñado de gurises (pibes) del Barrio Ladueña de Rosario...
Y aunque la muerte de Pocho sea la memoria de la bestialidad, su entrega se convirtió en sacramento de una vida que vale la pena ser vivida... ¡Ojalá tengamos el coraje de hacernos eco de su bondad!... Segruamente Pocho tira fuerte con su bicicleta alada la propuesta de pelota de trapo http://www.pelotadetrapo.org.ar/ ... "Ni un pibe menos... El hambre es un crimen"... que nuestro compromiso le diga ¡Basta!
La fuerza transformadora de la Misericordia...
Francisco mismo, al final de su vida, a la hora del recuento y mirando el camino recorrido, indica como inicio de esta aventura la experiencia de la misericordia: El Señor me dio de esta manera, a mí el hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia; en efecto, como estaba en pecados, me parecía muy amargo ver leprosos. Y el señor mismo me condujo en medio de ellos, y practiqué con ellos la misericordia. Y al separarme de los mismos, aquello que me parecía amargo, se me tornó en dulzura de alma y de cuerpo...
En este ejercicio de "dar el corazón al mísero", Francisco experimenta que lo amargo era aparente, que lo amargo escondía una dulzura insospechada... El acercarse a los leprosos le permite saborear la vida de otra manera, desde otra perspectiva... y al separarse de ellos parece comprobarle que el cambio de lugar inicialmente le ofrece un "cambio de perspectiva", y lo que viene después excedía "sus" cálculos... Desde el negocio de su padre parece poder practicar sin ningún inconveniente y con grandes posibilidades la caridad, pero la misericordia es otra cosa... la misericordia te involucra totalmente... tanto que para él se convirtió en "forma de vida"... Con una "practicidad" desconcertante, seguramente el texto que les comparto a continuación testimonia con fascinante crudeza lo que venimos diciendo:
En este ejercicio de "dar el corazón al mísero", Francisco experimenta que lo amargo era aparente, que lo amargo escondía una dulzura insospechada... El acercarse a los leprosos le permite saborear la vida de otra manera, desde otra perspectiva... y al separarse de ellos parece comprobarle que el cambio de lugar inicialmente le ofrece un "cambio de perspectiva", y lo que viene después excedía "sus" cálculos... Desde el negocio de su padre parece poder practicar sin ningún inconveniente y con grandes posibilidades la caridad, pero la misericordia es otra cosa... la misericordia te involucra totalmente... tanto que para él se convirtió en "forma de vida"... Con una "practicidad" desconcertante, seguramente el texto que les comparto a continuación testimonia con fascinante crudeza lo que venimos diciendo:
Al hermano N., ministro: El Señor te bendiga. Te hablo, como mejor puedo, del caso de tu alma: todas las cosas que te estorban para amar al Señor Dios y cualquiera que te ponga estorbo, se trate de hermanos u otros, aunque lleguen a azotarte, debes considerarlo como gracia. Y querelo así y no otra cosa. Y cumplilo por verdadera obediencia al Señor Dios y a mí, pues sé firmemente que ésta es verdadera obediencia. Y ama a los que esto te hacen. Y no pretendas de ellos otra cosa, sino cuanto el Señor te dé. Y amalos precisamente en esto, y vos no exijas que sean cristianos mejores. Y que te valga esto más que vivir en un eremitorio.
Y en esto quiero conocer que amas al Señor y me amas a mí, siervo suyo y tuyo, si procedes así: que no haya en el mundo hermano que, por mucho que hubiere pecado, se aleje jamás de vos después de haber contemplado tus ojos sin haber obtenido tu misericordia, si es que busca misericordia. Y, si no busca misericordia, preguntale vos si quiere misericordia. Y, si mil veces volviere a pecar ante tus propios ojos, amalo más que a mí, para atraerlo al Señor; y siempre debes tener misericordia de ellos. Y, cuando puedas, comunica a los guardianes que por tu parte estás resuelto a comportarte así...
Y en esto quiero conocer que amas al Señor y me amas a mí, siervo suyo y tuyo, si procedes así: que no haya en el mundo hermano que, por mucho que hubiere pecado, se aleje jamás de vos después de haber contemplado tus ojos sin haber obtenido tu misericordia, si es que busca misericordia. Y, si no busca misericordia, preguntale vos si quiere misericordia. Y, si mil veces volviere a pecar ante tus propios ojos, amalo más que a mí, para atraerlo al Señor; y siempre debes tener misericordia de ellos. Y, cuando puedas, comunica a los guardianes que por tu parte estás resuelto a comportarte así...
No caben dudas que parece "demasiado"... el Evangelio parece demasiado... sin embargo es la medida para lo que fuimos creados...
Si hay cosas que no se entienden o requiere alguna aclaración pueden dejar su mensaje en el cuadro del costado o un comentario acá abajo, donde justamente dice "comentarios" jaja.
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La fuerza transformadora de la Misericordia
martes, 4 de noviembre de 2008
Otra mujer interesante... quizás más desconocida que Angela. Se llama Hadewijch de Amberes -para cuestiones biográficas pueden buscar su nombre en google y van a encontrar una página de encarta que tiene varios datos-, es una beguina -también eso pueden buscarlo en el mismo artículo de encarta-... Quería simplemente compartirles algo que escribe sobre el "furor del Amor de Dios":
Tan pronto ardiente, tan pronto frío,
ahora tímido y audaz hace un instante,
numerosos son los caprichos del amor [...]
Tan pronto gentil, tan pronto terrible,
cercano ahora y lejano hace un instante [...]
tan pronto ligero, tan pronto pesado,
sombrío ahora, claro hace un instante.
(Poemas estróficos,5,lín. 22-24,29-30,36-37. Tomado de La mirada interior. Victoria Cirlot-Blanca Gari, Ed. Martinez Roca, Barcelona 1999)
...Creo que estas "variaciones" del Amor nos exigen una flexibilidad a la que nuestras rigideces no están habituadas... Intuyo que la flexibilidad tiene mucho que ver con la misericordia, y eso es algo que Dios parece manejar muy bien, pero nosotros tenemos grandes dificultades... solemos ser más amigos de juicios categóricos que dividen entre buenos y malos -¡Cómo si eso fuera posible!-... es que siempre ha sido más fácil evadirse al mundo de las ilusiones, donde todo parece tan claro, que sumergirse en el mar inmenso de la realidad... donde las cosas tienen tantos matices que se resisten a cualquier ejercicio de síntesis o generalizaciones... en fin... mañana quizás compartamos una Carta de Francisco donde la invitación insistente a la Misericordia parece hacerse eco de la locura de la cruz...
lunes, 3 de noviembre de 2008
Una gran amiga...
Ustedes sabrán disculparme si en esta entrada me vuelvo larguero y verborrágico... pero no es tarea fácil presentarles a una gran maestra y amiga... aunque entre sus pasos y los míos hay 800 años de distancia; sin embargo, como Francisco, parece jugar con la distancia y la cercanía y no le cuesta tanto convencerme que el tiempo es mensurable y que mejor sería hablar de él en términos de intensidad que aumenta y disminuye antes que en períodos que se suceden unos a otros...
La mujer de quien quisiera hablarles se llama Ángela y nació en Foligno -Italia- alrededor del 1248 aproximadamente... conocemos tan pocos datos biográficos de ella que algunos han querido sostener su "no" existencia... pero da la impresión que su experiencia se resiste al olvido... tanto que ultimamente, el mismo autor que hace poco más de 20 años preguntaba -provocativamente- si Ángela habría existido, terminó su intervención en un congreso diciendo: Si el lector nutre todavía la ilusión de que Ángela sea suya, sin dudas es porque a través de los siglos, la voz de esta mujer parece dirigirse de manera personal a cada uno. Esto constituye la prueba de que ella puede hablar a todos, aunque esto no debe desanimarnos en el intento de escucharla juntos... así quiso finalizar su discurso Jacques Dalarum -un historiador francés-, sobre la lectura de Ángela a través de los siglos, hace pocos días... Escucharla juntos... esa es la propuesta. Así como nos irán acompañando algunas palabras de Francisco, Clara y otros tantos y tantas que supieron atravesar la historia con férrea fidelidad a la pequeñez y simplicidad -que tiene tanto de locura- hoy vamos a compartir algo de Ángela... Ella dice que nada hay más importante que la oración, comencemos entonces por ahí... estas son sus palabras: Cuanto más ores tanto más serás iluminado; cuanto más seas iluminado tanto más profunda y noblemente verás al supremo bien y las cosas sumamente buenas. Cuanto más profundamente y excelentemente veas tanto más las amarás, y cuanto más las ames tanto más te deleitarán. Cuanto más te deleiten tanto mejor las comprenderás y te harás más capaz de comprenderlas. Luego vendrás a plena luz, pues comprenderás que no puedes comprender... [Instrucción III]...
La mujer de quien quisiera hablarles se llama Ángela y nació en Foligno -Italia- alrededor del 1248 aproximadamente... conocemos tan pocos datos biográficos de ella que algunos han querido sostener su "no" existencia... pero da la impresión que su experiencia se resiste al olvido... tanto que ultimamente, el mismo autor que hace poco más de 20 años preguntaba -provocativamente- si Ángela habría existido, terminó su intervención en un congreso diciendo: Si el lector nutre todavía la ilusión de que Ángela sea suya, sin dudas es porque a través de los siglos, la voz de esta mujer parece dirigirse de manera personal a cada uno. Esto constituye la prueba de que ella puede hablar a todos, aunque esto no debe desanimarnos en el intento de escucharla juntos... así quiso finalizar su discurso Jacques Dalarum -un historiador francés-, sobre la lectura de Ángela a través de los siglos, hace pocos días... Escucharla juntos... esa es la propuesta. Así como nos irán acompañando algunas palabras de Francisco, Clara y otros tantos y tantas que supieron atravesar la historia con férrea fidelidad a la pequeñez y simplicidad -que tiene tanto de locura- hoy vamos a compartir algo de Ángela... Ella dice que nada hay más importante que la oración, comencemos entonces por ahí... estas son sus palabras: Cuanto más ores tanto más serás iluminado; cuanto más seas iluminado tanto más profunda y noblemente verás al supremo bien y las cosas sumamente buenas. Cuanto más profundamente y excelentemente veas tanto más las amarás, y cuanto más las ames tanto más te deleitarán. Cuanto más te deleiten tanto mejor las comprenderás y te harás más capaz de comprenderlas. Luego vendrás a plena luz, pues comprenderás que no puedes comprender... [Instrucción III]...
La oración, para Ángela, no es un acto piadoso... un "instante" que le regalamos a Dios -como si a Él le hiciese falta nuestro tiempo-... la oración -dice- nos es más que conocer a Dios y conocerse a sí mismo... por tanto "todo" lo que me revele a Dios o me revele algo de mi mismo, es oración... A lo largo del camino que Ángela recorre, se va dando cuenta que ella es tan inefable como Dios, y el único que puede realmente conocerla es Él, entonces Él capaz de revelarle quién es ella realmente... esto tiene inmensas consecuencias... que podemos ir compartiendo en los próximos días...
domingo, 2 de noviembre de 2008
Nuestros cantores populares... ¡Cómo nos ayudan a seguir buscando desde el corazón profundo de nuestra tierra y de nuestra gente!... Son profetas... visionarios... son escuchadores atentos del zumbido silencioso de los que más sufren... y esperan... Teresa Parodi es una de estas grandes maestras que orientan nuestras búsquedas... Ella sabe pintarnos, con magnífica claridad, la vida de los que luchan calladamente... de los que no se rinden ante la ambición desmedida de un puñado que decide mirar diariamente hacia otro lado... Si clikean ahí arriba en play puden escuchar su voz que le saca a doña Clara los honradísimos trapitos al sol...
Francisco era un hombre simple, sin muchas "letras", pero el caminar en un continuo despojo -lo que él prefería llamar "restitución"-, lo llevó a vivir aferrado a lo esencial, a lo único necesario... Creo que ese camino de LIBERTAD lo expresó bastante claramente en este consejo que le deja a sus hermanos y hermanas: "Dichoso aquel que no se tiene por mejor cuando es engrandecido y enaltecido por los hombres que cuando es tenido por vil, simple y despreciable, porque cuanto es el hombre ante Dios, tanto es y no más. ¡Ay de aquel que ha sido colocado en lo alto por los otros y no quiere abajarse por su voluntad! Y dichoso aquel que no es colocado en lo alto por su voluntad y desea estar siempre a los pies de otros." [Admonición XIX]
¡Qué grande! ojalá nos dejemos seducir por tanta pequeñez...
viernes, 31 de octubre de 2008
Francisco de Asís debe ser uno de los santos más conocidos... Un esdudioso de sus escritos, Carlo Paolazzi, escribe: Encontrar a S. Francisco de Asís es una aventura del espíritu, dulce, fuerte, inquietante, siempre nueva. Algunas veces él nos viene al encuentro como los lugares de nuestra infancia, donde todo aparece así presente y así lejano, irreparablemente perdido y más vivo que nunca. En otros momentos el sentido de la distancia se agudiza hasta lo más profundo, y Francisco de Asís, hombre profundamente radicado en su tiempo y juntamente «peregrino del absoluto», parece encaminarse sólo hacia regiones desconocidas, extrañas e impracticables a nuestros pasos cotidianos. Ojos y corazón lo siguen con el estupor de una pregunta: ¿está él lejos de nosotros, o somos nosotros los que vivimos lejos de la verdad de nosotros mismos?...
Y realmente creo que es así... aunque antes estos grandes personajes uno tiende a sentirse lejos, sin embargo su verdad más profunda es la misma que la nuestra... estar lejos de ellos sería estar lejos de nosotros mismos... y quizás ahí esté la punta de este ovillo... En el centro más hondo de nosotros mismos Alguien seguramente nos espera para convencernos de lo que somos capacer de ser...
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