
Hoy la Iglesia, y especialmente la familia franciscana, celebra a santa Isabel de
Hungría... otra mujer lejana en el tiempo, nació el 7 de Julio del 1207 y murió el 17 de Noviembre del 1231. Me ahorro datos biográficos que pueden encontrar en abundancia poniendo en cualquier buscador "Isabel de
Hungría"... No conozco gran cosa de ella, pero hace un tiempo leí un artículo de Marco
Bartoli donde lo que más me impactó fue el modo en que Isabel va venciendo las barreras sociales. En pocas palabras podríamos decir que el pobre tiene un rol fundamental en su proceso de
cristificación. Comienza sensibilizándose con las necesidades de los pobres del reino de su marido, después encuentra el modo de meterlos en el palacio cuando era necesario. La necesidad y el dolor de los pobres la saca innumerables veces de la comodidad de su palacio, hasta que finalmente termina viviendo
entre ellos... "
inter illos", decía Francisco en su testamento hablando de la experiencia que venció buena parte de sus defensas, la experiencia de la misericordia con los leprosos: "y el Señor me condujo
entre ellos..." ¿Qué tendrá este lugar que parece transformar al que se anima a irse despojando de esas armaduras, que casi sin darnos cuenta, se han hecho parte inseparable, inadvertida de nosotros? ¿qué tienen esos portadores de harapos y dolores que sin proponérselo meten a Dios en el corazón de los hombres?... ¡Ojalá que Isabel nos contagie un poco de su audacia, de su coraje, de su resolución...! Quizás así se libere algo de lo eterno que llevamos aprisionado dentro, y experimentemos los
beneficios del país de la libertad -como diría Margarita
Porrete-...
Ángela de Foligno en un momento álgido de su experiencia preguntaba casi exhausta: ¿quién hay que pueda retener algo para sí, si ama verdaderamente?... Creo que Isabel le respondería con una serena sonrisa: nadie absolutamente... seguramente por eso ambas murieron totalmente pobres...
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